«Proclamado en la nueva Constitución el principio del voto femenino, es un deber de las mujeres agrupar y coordinar sus esfuerzos y actividades para que su intervención en la vida pública tenga la debida eficacia. Para lograrlo es preciso que su actuación esté encuadrada dentro de los partidos existentes»
Manifiesto de la sección femenina de la Lliga Regionalista
LA VEU DE CATALUNYA,
20 de enero de 1932.
Nació en Barcelona el 12 de abril de 1872, hija de Gil Bonnemaison, originario de la Cataluña Norte, y de
Agustina Farriols. Su educación está muy influenciada por la religión. En 1893 se casa con el abogado Narcís Verdaguer i Callís, primo del poeta Jacint Verdaguer. Sus primeros trabajos consisten en adaptar y
traducir cuentos infantiles populares, que posteriormente se publicaron en La Veu de Catalunya, órgano
periodístico de la Lliga Regionalista. Los textos los firmaba con el pseudónimo «Franar» (unión de
Fra[ncesca] i Nar[cís]).
En 1909 el rector de la parroquia de Santa Anna le ofrece dirigir la biblioteca parroquial. Inicialmente
acudían pocas mujeres, pero en poco tiempo el proyecto es un éxito y en 1910 acaba convirtiéndose en
el Instituto de la Cultura y Biblioteca Popular para la Mujer, la primera en toda Europa. El rápido
crecimiento de la entidad obliga a trasladar a la calle Elisabets la biblioteca, que llegó a la cifra de 23.000
volúmenes. La muerte de su marido, en 1918, conlleva que se dedique plenamente al proyecto, que
aumenta cada vez más hasta llegar a las 6.200 alumnas. Esto la obligó a construir un nuevo edificio en la
calle Sant Pere Més Baix, que fue inaugurado por el presidente de la Mancomunitat, Enric Prat de la
Riba, en 1922.
El proyecto prosigue con la compra de unos terrenos cerca del mar, en Badalona, para que las mujeres puedan aprender a nadar. El Instituto también disponía de una bolsa de trabajo, con un importante
número de empresas que cada año proporcionaba empleo a unas 1.600 jóvenes en trabajos
remunerados característicos de la sociedad de masas del momento. Con objeto de llegar al máximo de
mujeres posible, las revistas Claror i Vida Social Femenina y un programa quincenal en Ràdio Associació
de Catalunya difundían las actividades del Instituto.
En 1932 dirige la sección femenina de la Lliga Regionalista y trabaja para la obtención del sufragio
femenino. En las elecciones municipales del 14 de enero de 1934 forma parte de la lista de la Lliga en
Barcelona, pero no es elegida. Su pertenencia a esta formación y su catolicismo la obligan a exiliarse
durante la Guerra Civil, por temor a ser asesinada, en Territet-Montreux (Suiza). Allí ayuda a otros
refugiados catalanes. Al regresar a Barcelona, en 1941, se encuentra el Instituto traspasado a la
Diputación de Barcelona y convertido en la Institución de Cultura para la Mujer de la Sección Femenina
de FET y de las JONS, lo que provoca que deje la vida pública y se dedique al mecenazgo, sobre todo
respecto al monasterio de Montserrat, pues le unía una gran amistad con el abad Aureli Maria Escarré.
Muere en la Ciudad Condal el 12 de octubre de 1949.