ENRIQUETA COMPTE Y RIQUÉ
(1866-1949)

Maestra, pedagoga y catedrática de Psicología, Gramática y Composición


«La concesión de derechos políticos a la mujer, transformará hondamente la condición social de los pueblos. Cómo, no es posible concebirlo, pero es indudable que será para su provecho, pues los errores de la inexperiencia, pronto quedarán compensados por el beneficio que aportarán las cualidades femeninas, al fundirse en un mismo propósito, con las del hombre […] Por lo que a nosotros se refiere, pienso que la mujer, dueña de los derechos políticos en toda su amplitud, dará al mundo el ejemplo que ha dado siempre que su intervención se ha hecho sentir en cuestiones de trascendencia; que hemos de confiar en el resultado de cuatro décadas de instrucción pública, inspirada en principios universales […] Consigamos la ley y trabajemos para conseguir que la mujer haga uso de ella con todo el vigor de su personalidad.»

ESTUDIO Y TRABAJO,
Montevideo, 1933.

Nace en Barcelona el 31 de diciembre de 1866. Llega al Uruguay en 1873 con su madre, padre
y tío materno, huyendo tras la caída de la Primera República Española. Su tío, Benito Riqué, es
quien le enseña a leer y escribir antes de concurrir a la escuela, cuando ya cuenta con ocho
años. Desde niña padece una importante miopía, pero pese a ello siempre se destaca en sus
estudios. Se forma en el Internado Normal de Señoritas con las maestras Victoria y María
Stagnero de Munar, impulsoras de la reforma vareliana, cuyos principios fueron «Gratuidad,
Laicidad y Obligatoriedad». En 1884, con diecisiete años, se gradúa de maestra de primer
grado y, dos años después, de maestra superior con las más altas calificaciones. Desde 1887
ocupa la subdirección del Internado. En esa institución coincide con María Eugenia Vaz
Ferreira.En 1889 es la única mujer comisionada por el gobierno para viajar a Europa con la finalidad de
estudiar los sistemas de educación inicial en Bélgica, Alemania, Holanda, Suiza y Francia. Allí conoce a fondo el método de Friedrich Fröebel. De regreso, en setiembre de 1890, presenta un
plan pedagógico fröebeliano adaptado a la realidad uruguaya y forma a las maestras que la
acompañan en la creación del primer jardín de infancia estatal del Uruguay y de América
Latina, inaugurado el 10 de marzo de 1892. Al año siguiente, su escuela recibe la Medalla de
Distinción en Educación de la Exposición Universal de Chicago, destacándose «la excelente
colección de trabajos de los alumnos, informes fotográficos y observaciones individuales de
cómo enseñar un método muy avanzado de enseñanza».Apoyada en las ideas del filósofo uruguayo Carlos Vaz Ferreira, es pionera en la puesta en práctica de la «Escuela Nueva». Focaliza la formación en el tratamiento integral de cada
alumno, llegando gracias a ello hasta su núcleo familiar. Crea las ‘Biografías’, fichas personalizadas para cada alumno. Aplica por primera vez en Uruguay los
principios de inclusión social desde la Educación Inicial, gracias a una nueva concepción de la
psicología infantil sumada a la sociología. El niño, desde su propuesta, es considerado como
miembro de la comunidad y no solo como individuo. Su legado pedagógico, que interesa muy
especialmente a María Montessori, queda documentado en los libros compilatorios Lecciones
de mi escuela
(1932) y Estudio y Trabajo (1933). Por otra parte, escribe numerosas
composiciones poéticas y canciones con finalidad pedagógica y didáctica, y por ello se la considera precursora en la poesía y el teatro infantil. Estas producciones literarias se compilan
en el libro Canciones y juegos de mi escuela (1948).

Enriqueta también ejerce como catedrática de Psicología, Gramática y Composición. Además, es presidenta de asociaciones magisteriales, actuando de forma destacada en congresos de educación nacionales e internacionales. En 1922 es nombrada profesora de Psicología en el Instituto Normal de Varones, y ese mismo año crea el Instituto de Clínica Pedagógica. En 1929 presenta un proyecto para la creación de la Facultad de Pedagogía.

En el Consejo Nacional de Mujeres, liderado por su amiga la doctora Paulina Luisi, ejerce la
presidencia de la Comisión de Educación. Comprometida defensora del derecho al voto
femenino, durante la Guerra Civil Española pone su energía y conocimiento para apoyar la
causa republicana, destacándose por su gran fervor.Enriqueta dedica toda su vida a su trabajo, vive en el mismo edificio de su escuela, nunca se
casa ni forma una familia. Es directora de su jardín hasta 1943, cuando se jubila finalmente con
setenta y seis años. Con más tiempo libre, desarrolla aún más su activismo social,
intensificando la participación en sociedades filantrópicas y de servicio como la Liga Uruguaya
contra la Tuberculosis y la Liga contra el Alcoholismo y la Trata de Blancas. Ofrece apoyo a
huérfanos, expósitos y presos, a quienes visita regularmente en orfanatos, asilos y cárceles,
brindándoles sus conocimientos (a muchos les enseña a leer y escribir), su compañía y sus
consejos. Fallece en Montevideo, el 18 de octubre de 1949, a los ochenta y dos años.

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